La crisis global del coronavirus ha disparado cifras en todas direcciones; mientras algunas son terriblemente desalentadoras (desempleo, víctimas del virus, economía, etc.) hay otras que nos muestran la resiliencia del ser humano y la maravillosa capacidad de encontrar oportunidades en la adversidad: y es importante enmarcar dentro de estas últimas al hecho de que el teletrabajo llegó -adelantado unos 10 años, producto de la pandemia- para quedarse. Porque claro, para algunos esta modalidad de trabajo ya venía utilizándose exitosamente previa a la crisis sanitaria, pero para la gran mayoría el cambio fue abrupto, y en algunos casos, difícil. De todas maneras, habiendo pasado ya el período de prueba, y con las condiciones de volver al trabajo presencial, la pregunta del millón es evidente: ¿Es necesario volver al trabajo presencial?
Un estudio de Randstad realizado a más de 400 personas de distintos sectores, reveló que el 75% proyecta que mantendrá el trabajo a distancia una vez que termine la pandemia; un 63% sería de manera parcial, mientras un 12% de manera full time. Además, a estas alturas podemos hacer un análisis comparativo de ambas modalidades de trabajo: por un lado, el trabajo presencial permitía llevar un orden mucho mayor de las actividades laborales (quizás por fuerza de costumbre), pero también significa gastos que ahora vemos como innecesarios, como arriendo de oficinas y mobiliario. Y con respecto al trabajo desde casa, elimina los impopulares tiempos de traslado, que en muchos casos supera las 2 horas de trayecto; además de permitir ocuparse de la familia.
¿Cómo regular el clima laboral de los trabajadores, entonces?
Las circunstancias en las que hemos tenido que poner en práctica el teletrabajo no han sido las ideales, de eso no hay duda. Hacerse nuevos hábitos de manera abrupta, encontrar el espacio adecuado en la casa, convivir con las noticias sobre la pandemia, y en muchos casos cohabitar el mismo espacio de trabajo con la pareja o los hijos crea una presión adicional a las labores cotidianas, lo que se puede trasmitir al equipo de trabajo. Es por esto que los expertos aconsejan que el secreto es estar más comunicados y cohesionados que nunca, además de una buena relación y la confianza con la jefatura. Desde el gobierno también llaman a poner especial énfasis en la salud mental de los trabajadores. Todo esto significa un tremendo desafío para los jefes y mandos medios, quienes deben sacar a relucir sus mejores competencias y habilidades de liderazgo; es por esto que en Talento Virtual te dejamos algunos consejos para que, con el compromiso de todos, mantengamos un buen clima laboral.
- Enciende tu cámara: A muchos les acomoda apagar la cámara en videollamadas, pero al mantenerla encendida, se propicia un ambiente de transparencia y cercanía con los colaboradores.
- Sé flexible: Al trabajar desde la casa, no todos programan sus actividades como en la oficina, y como mencionamos anteriormente, muchos comparten sus espacios de trabajo con la familia, por lo que recomendamos atender las necesidades de colaboradores y compañeros.
- Sé empático: Si a alguien de tu equipo el trabajo desde casa se le vuelve un reto muy grande, ya sea porque le acomodaba el trabajo presencial, o tiene dificultades con el manejo de las herramientas tecnológicas, aconsejamos ayudarles y ser pacientes, para que todos crezcamos de manera pareja y nadie quede atrás.
- Mantén la cultura de tu empresa: Aunque no nos encontremos físicamente cerca, no hay impedimentos para mantenernos unidos. Deja unos minutos del día para conversar sobre el estado anímico de tu equipo, comentar logros o cualquier diálogo positivo, reconocer méritos, etc.